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El “delito de piropo” y la falta de vejaciones

amor-piropos_05La presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género, María Ángeles Carmona, ha declarado públicamente que “el piropo supone una invasión en la intimidad de la mujer porque nadie tiene derecho a hacer un comentario sobre el aspecto físico de la mujer (…) y por ello debe ser erradicado».

Esta declaración no sería preocupante si no viniera cargada de prejuicio sexista e institucional, pues de otro modo no sería más que otra simple y desafortunada opinión de las muchas que al día se oyen. Por el contrario, la procedencia institucional de tal valoración no sabemos muy bien si nos deja paralizados de asombro o si nos hace temblar de temor y desasosiego. Quizá ambas cosas.

Y es que, por una parte, causa estupefacción y sonrojo el escaso calado jurídico que denotan las palabras de un miembro de nuestro Consejo General del Poder Judicial,a quien se le presupone una formación jurídica que le debería impedir tan elemental confusión sobre el bien jurídico de la “intimidad” ¿En qué contexto consideraría ella que se daría un atentado contra la intimidad por razón del más zafio y grosero de los “piropos”? ¿Acaso si el grosero piropeador lo hiciera entrando ilegítimamente en su casa o mediante la intromisión en sus comunicaciones? No creo que en ello pensase la señora presidenta, pues probablemente en ese caso la insolente inconveniencia proferida casi sería lo de menos, ante la mayor gravedad o entidad jurídica de la intromisión en la intimidad. Sin duda, suponemos que mientras hacía su brillante declaración estaría pensando en un posible atentado contra el honor o la dignidad de quien resulte ser sujeto pasivo de alguna inopinada e irrespetuosa expresión alusiva a su aspecto físico que, ciertamente, y aun confiando en una eventual, velada o supuesta intención halagadora, puede resultar indignante y vejatoria.
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Y, por otra parte, causa espanto pensar que esté en su intención la promoción o propuesta de legislar para “erradicar” el piropo, lo que no sería de extrañar, pues siguiendo este gobierno su política de prohibiciones, sancionando, p. ej. a quien bebiere en la calle o a quien protestare o se manifestare, ahora se sancionaría a quien “piropeare”, es decir, a quien se dirigiere a otra persona con un halago o cortejo.

Pero el temor ante esta posibilidad se torna en terror si, además, tal propuesta se adopta desde el pódium de ese Observatorio de Violencia de Género, pues bajo las premisas de discriminación inversa para combatir la violencia machista que ahora todo lo justifica, probablemente si el piropo lo profiriese un hombre constituiría un nuevo “delito de piropo” y si lo pronunciase una mujer sólo cometería una falta de vejaciones del art 620 del Código Penal. Es un disparate, pero mayor desatino es sacar a la palestra una nueva cuestión sexista tan absurda como ésta, cuando la vejación ya consta tipificada en nuestro Código Penal sin necesidad de introducir confusión e inseguridad jurídica con prohibiciones especiales que coartan nuestra libertad y ofuscan las relaciones humadas. La expresión pícara, ofensiva, grosera y soez no es un piropo, sino una vejación y como tal ha de ser considerada.

Fco. Javier Blanco Glez.

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3 Comments

  • Susana says:
    Jan 27 2015 1:18 pm Responder

    Me quedo con el trasfondo que yo veo en esto y que para mí es un intento de prohibición más con lo que esto conlleva, una cierta represión.
    Por otro lado pienso que con tanto intentar proteger a las mujeres no se nos hace del todo un favor, sino, a mi gusto, todo lo contrario, estas «protecciones» nos siguen encasillando en aquello del sexo débil y, por «defender» los derechos de unas, olvidamos los de otros, los hombres, que, con ellos, parece que ahora todo vale y que los señores de ahora tengan que estar pagando por todo lo que hicieron los de anteriores generaciones, creo que hay que avanzar en ese aspecto, de todo hay, pero quiero creer que la amplia mayoría de los hombres de ahora son diferentes. En ningún momento defiendo vejaciones de verdad o violencia, faltaría más.
    Y, con respecto al piropo, no hay que darle más importancia que la que tiene, siempre quiero creer que cuando un señor te dice uno, su intención siempre es la de halagar cada uno a su nivel, si alguien es un poco más brusco, pienso que el buen hombre no da para más pero ha sido su manera de agradar, se sigue caminando y a otra cosa. Jamás me he sentido vejada por algún piropo que me hayan podido decir, otras cosas en la vida vejan más y no las damos importancia.
    Un saludo.
    (Muy buenos tus artículos)
    Susana

  • Rosa M says:
    Jan 27 2015 6:02 pm Responder

    Hola Javier, antes de nada quiero darte la enhorabuena por todos y cada uno de los artículos publicados, no sólo por el carácter informativo sino también por tu expresividad y crítica hacia los mismos.
    Sinceramente las palabras de la señora María Ángeles Carmona no dejan indiferente a nadie. Muchas veces he escuchado: …»antes de hablar piensa lo que vas a decir, porque puede que luego te arrepientas de lo que has dicho»…pues bien, creo que en la inmensa mayoría de las veces, por no decir siempre, cuando un hombre dice un piropo a una mujer o viceversa es un acto involuntario sin meditar previamente si puede herir o invadir su intimidad puesto que son palabras halagadoras y bien sonantes que incluso nos hacen sentir «bien y especiales». Creo que esta mujer confunde el término piropear y saca las palabras de contexto. Por experiencia propia, siempre que me han dicho un piropo ha sido en forma de halago y cuando han querido hacer comentario respecto al físico no ha sido precisamente un piropo lo que se ha usado. Se puede llegar por tanto, a la conclusión según las palabras dichas por tan ilustre persona, que esto no es más que otra forma de anular y/o prohibir la libertad de expresión incluso en la mejor de sus formas.
    María Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio de la Violencia de Género debería de plantear seriamente otra serie de cuestiones y no poner en tela de juicio una cosa tan castiza como es el piropear, que todos bien sabemos diferenciar de lo que es Violencia de Género.

    Un saludo
    Rosa

  • Alejandro pizarro says:
    Feb 3 2015 9:56 am Responder

    Yo os había leido, que razón tienes ,»maestro»hay mucho trecho entre el piropo halagador y la vejación , si bien se está perdiendo , paralelemente a la pérdida del gracejo medrileño (sobre todo ), la pérdida del dominio cortés del idioma y de la ocurrencia hilarante. no ofensiva, ni machista. La mas de las veces, el piropo es una demostración de ingenio, para el consumo de compañeros , que hace menos tediosa la jornada de trabajo. y eleva la consideración del grupo en el tajo.
    De todas formas, y cada vez mas, el piropo se extiende en ambas direcciones , y no es raro escucharlo en grupos de chicas al paso de un buen mozo. No lo digo por experiencia, que mas quisiera. si no por sana envidia del mozo.
    Lo cierto es que esa costumbre , aficion o demostración de admiración, ha causado mucho daño en el sector de la construcción , cuantos errores de replanteo, niveles , mezcla incluso desgraciados y costosos accidentes se han producido por la perdida de atención de oficiales gruistas y hasta capataces al paso de una hembra , quien paga eso,?? ehh
    Lo que yo propondría en este caso es un cursillo de lexico hilarante educado y no ofensivo en las escuelas de formacion profesional de albañileria , y una vigilancia en las inmediaciones de las obras para impedir el paso por el entorno, de las señoras de buen ver , sobre todo en tiempos de » celo primaveral humano» incluso la creación de una señal de trafico , a colocar en aceras que así lo explicite.

    Un saludo.

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