¡A TOMAR VIENTO LA NAVIDAD!
Un año más se anticipa el alumbrado navideño, pero no se perciben buenas sensaciones. Sin duda, el efecto de esta segunda oleada de la pandemia nos traerá una “Navidad diferente”.
La situación evoca la trama de la divertida novela del abogado estadounidense y afamado escritor de best seller, John Grisham, «Una Navidad diferente», que luego dio lugar a la película “Una Navidad de locos”, protagonizada por Tim Allen y Jamie Lee Curtis, en la que Luther (Tim Allen) y Nora (Jamie Lee Curtis) se rebelan frente a la tradición afrontando una Navidad sin celebraciones con la intención de marcharse de crucero para no tener que “soportar” un año más las recurrentes rutinas de cada año. Finalmente, sus obstinados propósitos de sustraerse a la Navidad y las circunstancias que acaecen les hacen vivir «Una Navidad diferente». Estas “Navidades Covid” en ciernes son tan diferentes que ni siquiera permitirían huir a un crucero ni a ningún otro rincón del mundo.
«Sí es factible pasar de la Navidad»
Este año podría hacerse realidad, por fin, esa comprensible y generalizada intención de esquivar la Navidad, las cenas de empresa, las reuniones familiares, las compras indiscriminadas, los centros comerciales abarrotados, etc. Al menos, lo que está a punto de suceder nos permite especular acerca de la nueva impronta de indiferencia que podrían recibir las posteriores y venideras Navidades “post-Covid” que, por ello, quizá entrarían en crisis a partir de ahora. Sería razonable pensar que muchos de los detractores de esta tradición navideña, al ver cumplidos sus deseos y verse liberados de esa opresora y tan superficial costumbre en la que se ha convertido, comprueben que, ciertamente, sí es factible pasar de la Navidad.
Por el contrario, cabe también la posibilidad de que si estas Navidades de 2020 pasan sin pena ni gloria, ello pueda dar lugar a que las siguientes Navidades exentas de coronavirus sean tan esperadas y deseadas que se celebrarían por todo lo alto, resultando así reforzadas en su estimación social.
En cualquier caso, la arrogancia y la tenacidad del consumismo nos volverán a poner a prueba y volveremos a vernos en el espejo de la frivolidad, celebrando sin espiritualidad lo que, a pesar de todo, nos une en cantos poéticos de paz, alegría y amor.
«Esta Navidad será diferente, pero sobre todo porque echaremos de menos a aquellos que nos han dejado»
Quizá también quepa apostar por la especial ocasión que se nos brinda de celebrar una más auténtica e íntima Navidad, desprovista de tantos superficiales aditamentos para compartir unos días de concordia y mayor reflexión, pues esta Navidad será diferente, pero sobre todo porque echaremos de menos a aquellos que nos han dejado. Por ese motivo, la Navidad siempre será diferente.
De momento, y ante la inminencia de este inusual y último evento del malogrado 2020, nos debatiremos entre mantenernos en la amable expresión de ¡Feliz Navidad! o la más crítica ¡a tomar viento la Navidad!
José Mª Blanco Villalón
Fco. Javier Blanco Glez.
































Un gran número de sentencias dictadas en primera instancia contienen en sus fundamentos de derecho, a modo de lorem ipsum, una ininteligible retahíla de descontextualizadas (e incluso erróneas) citas latinas y jurisprudenciales copiadas y traídas mediante el sencillo y eficaz método del “copia y pega”, de las que perfectamente podría prescindirse si no fuera por la fatua intención de aparentar erudición jurídica. La labor del lector consiste en escudriñar en tan oscuro océano de fusiladas citas la verdadera motivación y razón jurídica de la esperada decisión judicial.












Dice allí la autora que “…Quizás debería haberse obviado establecer una regla general. (…), sin corsés legislativos que obligaran a justificar por qué no se otorga la custodia compartida. Porque hemos pasado de un extremo a otro…” En primer lugar, ha de entenderse que se estará refiriendo a la Ley valenciana; en segundo lugar, lo propugnado por ella parece ser el inmovilismo legislativo, pues le parece mal el establecimiento de un régimen prioritario de custodia compartida; es más, y en tercer lugar, no es cierto que hayamos pasado (en Valencia) de un extremo al otro, pues tal cosa significaría otorgarle la custodia prioritariamente al padre. No. Es lo natural, lo deseable y lo exigido socialmente, que la custodia monoparental o individual sea la excepción justificable y la custodia compartida la norma general desde la que proteger el interés del menor.



















Toda entidad que haya de acudir a una OPS, como hizo Bankia, tiene un deber especial de información mediante la publicación, antes de la emisión, de un folleto informativo que contenga los datos económico financieros del emisor de modo real, veraz, objetivo y actualizado y que no omita ningún hecho relevante acerca de la realidad de sus cuentas y su solvencia.







El derecho del progenitor no custodio de ver y relacionarse con sus hijos no es un privilegio que se adquiera mediante el pago de las pensiones alimenticias, sino un derecho y un deber, establecido siempre en beneficio de los hijos e independiente del deber de alimentos, y respecto al cual no puede encontrarse supeditado





El verdadero problema surge en las vacaciones de verano y Navidad, cuando las circunstancias fuerzan una más extensa e intensa convivencia no deseada. Mientras que lo más duro de la convivencia en el estío suele ser el aburrimiento, en íntimo complemento con la constante crispación del ánimo por las discusiones, en la Navidad concurre además un decisivo factor adicional: las reuniones de parientes. Y aunque afortunadamente estas señaladas fechas constituyen un período más breve de coexistencia conyugal que aquél más extenso de la canícula, el aludido reencuentro familiar lo agrava. Esa herencia sin partir, ese préstamo con peligroso aval, esas envidias y rencores, desafortunados comentarios, etc, parece que tuvieran anual caducidad a modo de heridas propicias a ser reabiertas con el reactivo del alcohol y la algarabía navideña. Ha de mediar mucho amor para que tan habituales y ácidos avatares familiares no afecten a una relación de pareja cuando ya se camina por separado en la misma senda del matrimonio. Por tal motivo, bien podríamos decir, sin riesgo de equivocarnos, que la Navidad es otra de las temporadas altas del divorcio.






